martes, 9 de abril de 2013

La llama de mi amor no se apaga.

Te quiero, o más que eso. Siento que la llama de mi amor no quiere apagarse, no quiere desaparecer. Es más, la llamita aún sigue con su misma intensidad, no baja, no lo desea, se niega, rotundamente.
Cuando te miro a los ojos siento que mi cielo se despeja, encuentro la tranquilidad, es como si estuviera encima de una nube de algodón, suave, ligera, que avanza entre el vuelo de los pájaros, libremente.
Es increíble todo lo que provocas en mí después de todo, después de todo lo que ya ha pasado, después de lo que ya sé. Es como si estuviera ya resignada, pero a pesar de eso quiero seguir queriéndote como te quiero. Amándote. En mi corazón existe una gran admiración por ti, por lo que eres, por cómo me haces sentir cuando estoy contigo, por cómo me haces reír... 
Son muchas cosas las que me invitan a no olvidarte.


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